DÍA DE LA VIRGEN DE LUJÁN
Cada 8 de mayo, celebramos en nuestra país el Día de
la Virgen de Luján, quien no solo es Patrona de nuestra Patria, sino también de
sus Centinelas.
Siendo hoy su día, le dedicamos a ellas unas líneas
para pedirle siempre nos cobije en sus brazos…
La imagen original es pequeña y sencilla, de unos 38 cm de altura,
realizada en arcilla cocida.
Fue enviada a nuestro país por encargo junto con otra imagen, las
mismas representaban a la Inmaculada
Concepción y llegaron a Buenos Aires en
1630, desde Brasil, siendo el destino final, Santiago del Estero. Quienes las
transportaban hicieron una parada en el Paraje Zelaya para descansar y al día
siguiente continuar la
marcha. Sin embargo los bueyes no consiguieron mover la carreta, después de
intentos fallidos, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha
sin dificultad. La gente local intrigados por el contenido del cajón, lo
abrieron y encontraron una imagen pequeña que representaba la Inmaculada
Concepción, este hecho fue interpretado como providencial, y entregaron la
imagen para su custodia a Rosendo de Trigueros, el dueño de la casa ubicada en
la actual localidad de Zelaya, del partido del Pilar, a 50 km del
actual emplazamiento del santuario.
Enterados del hecho en Buenos Aires, muchos vecinos acudieron a venerar la imagen y, al crecer la concurrencia, Rosendo de Trigueros le hizo construir una ermita donde permaneció desde 1630 hasta 1674. Este lugar existe actualmente y es conocido como “lugar del milagro”.
Se la llamó la Virgen
Estanciera y la Patroncita
Morena, y era constantemente cuidada por
Manuel, quien trabajaba en la
estancia de Rosendo de Trigueros, aún después de la muerte de este último.
Tiempo después fue cedida a la Señora
Ana de Matos, viuda del Capitán español Marcos de Sequeira y propietaria de una
estancia ubicada sobre la margen derecha del río Luján. Ella le aseguró el
cuidado y la construcción de una capilla “digna y cómoda”, facilitando la
estadía de los peregrinos. Doña Ana la instaló en su
oratorio, pero a la mañana siguiente, cuando se dirigió ahí para rezar,
descubrió con asombro y angustia que la Virgen no estaba en su altar. Al
buscarla la encontró en el “lugar del milagro”,
la antigua estancia de Rosendo. Al principio se creyó que había sido Manuel, ya
que no le habían permitido acompañar a la Virgen, quien llevaba a la “Patroncita
Morena” a su antigua morada. Hasta se lo llegó a estaquear en el piso para que
no hurtara la imagen. Sin embargo la imagen seguía “volviendo” a su primer
lugar.
Ello ocurrió varias veces hasta que enterado del
hecho, considerado milagroso por los católicos, el Obispo de Buenos Aires Fray
Cristóbal de Mancha y Velazco, y el Gobernador del Río de la Plata, don José
Martínez de Salazar, organizaron el traslado de la imagen, acompañada por doña
Ana y Manuel.
En 1886, el padre Salvaire presentó al papa León XIII la
petición del episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación
de la Virgen. León XIII bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para
su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al cuarto domingo
después de Pascua. La coronación se realizó en mayo de 1887.
El primer santuario dedicado a Nuestra Señora de Luján se
inauguró el 8 de diciembre de 1763, en él hicieron profesión de fe y se
encomendaron varios de los protagonistas de nuestra posterior independencia
como: Manuel Belgrano, José de San Martín, Cornelio Saavedra, Domingo French,
entre otros.
El General Belgrano, tenía un especial afecto por la
Virgen antes de dirigirse al Paraguay al mando de una
expedición se detuvo en Luján varios días y mandó celebrar una
misa cantada el 27 de septiembre de 1810. Durante 1814, le consagró varios
trofeos de guerra, entre ellos las dos
banderas de división realistas arrebatadas por el Ejército del Norte al ejército del General Pío Tristán en la Batalla de Salta,
en agradecimiento por su protección.
En
1816, luego del cruce de los Andes y de
liberar al pueblo chileno, y antes de embarcarse para iniciar su campaña al
Perú, el General José de San Martín visitó el Santuario de Luján para
encomendarse a Nuestra Señora. En 1823, de regreso de la gesta libertadora
volvió a visitar el Santuario de Luján y dedicó a la Virgen María una de sus
espadas.
En
1930 se cumplieron 300 años de la llegada de la imagen a la Argentina. A
principios de ese año, el obispo diocesano de La Plata y de Luján, monseñor
Francisco Alberti, solicitó en nombre conjunto de los Episcopados Argentino, Uruguayo
y Paraguayo al papa Pío XI,
la declaración oficial de la Virgen de
Luján como patrona de las tres Repúblicas.
En el 2030, se cumplirán 400 años de aquel
día en que ella decidió quedarse en nuestras tierras para cuidarnos, por ello:
Virgen María, patrona nuestra te pedimos:
Por los centinelas de la patria que todos los días salen a cuidarnos.
Acobíjalos bajos tus brazos protectores,